Terminó el mundial casi al filo de nuestra fiesta patria, 9 de julio- día de la Independencia , y un sin fin de sentimientos encontrados dan vuelta por las entrañas desde la cabeza, al corazón y anidan en el estómago, revolviéndolo.
Pero el grado máximo lo alcancé anoche a las 04:05 de la madrugada,
con -10 °, escuchando la votación de los senadores en el Parlamento ( lo escribo con mayúscula pues aún creo en la institución democrática anque no en esta cámara de títeres seudo patriotas ) sin discursos de debate, con exposición mediática, hablando para la cámara y los votos, ensuciando e insultando, y el estupor me invade.
No hay palabras, ninguna que expliquen con claridad la verdad de lo que pasó; seguramente algunos dirían que se votaron "los derechos humanos" aunque yo pregunto cuáles,
no cabe duda de que todos los argentinos debemos tener los mismos derechos, ¿a este precio?...
Con todo respeto para las generaciones pasadas y presentes de estos
200 primeros años de la Patria, a los hombres de buena voluntad que viven y trabajan en este suelo bendito, y a los que no encuentran su derecho a la salud, la educación y la comida digna, a los jubilados que dieron su vida trabajando para la posteridad ...¿y sus derechos humanos?
Deberíamos cambiar el himno nacional por el tango
CAMBALACHE.
Sí, la patria querida es un cambalache, todo da lo mismo, lean con detenimiento:
Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargados,
varones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcados en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazados ni escalafón
los ignorantes nos han igualado.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de basto,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto,
que atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclado con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín,
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches,
se ha mezclado la vida
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.
Siglo veinte, cambalache,
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
nos vamos a encontrar!
No pienses más; sentate a un lado
que a nadie importa si naciste honrado.
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
el que mata, el que cura,
o está fuera de la ley.
Este autor es increíble, cuanto más se lee y analiza, más claro y apropiado es; se aplica a cada situación de la vida argentina...
Claro que se dice de algunas creaciones que son obras de arte y que trascienden su época, qué acertado es.
Fue escrito en 1935 y es la clara expresión del siglo XX .
DISCEPOLO, grande maestro!!!